Estimulación Cognitiva

Nuestro cerebro, además de regular todas las actividades y ser el centro mediador, también es el responsable de los procesos mentales necesarios para manejarse adecuadamente en el día a día y así, cada individuo se adapta a su entorno gracias al desarrollo de una serie de capacidades cognitivas con las que poder enfrentarse a las demandas y exigencias del mismo.
Las capacidades cognitivas son las habilidades mentales necesarias para procesar la información que adquirimos de nuestro ambiente. Las más destacables son Atención y concentración, Percepción y reconocimiento, Orientación, Memoria, Lenguaje y Praxias.
En otro aspecto, en la potenciación de las capacidades a través de la práctica, se desprenden dos estrategias de intervención:

  1. La Estimulación cognitiva: Su objetivo es optimizar la eficacia de las distintas capacidades cognitivas, así como de las funciones ejecutivas que de ellas se desprenden mediante la ejecución de actividades específicas y adaptadas.
    Esto no significa que este tipo de estrategias tengan como objetivo la recuperación o freno de aquellos procesos que sean degenerativos, sino que se trabaja estimulando fundamentalmente las funciones y procesos cognitivos preservados para procurar el enlentecimiento del deterioro. En términos generales, el objetivo de la estimulación cognitiva es optimizar la autonomía funcional y la calidad de vida del individuo en cuestión.
    En otras palabras, la estimulación cognitiva es una estrategia de intervención que puede aplicarse a cualquier individuo, por lo que no tiene que tener siempre un objetivo terapéutico. De hecho, muchas de las actividades cotidianas, actúan como un ejercicio de estimulación para el cerebro siempre que se practiquen de una forma constante y consciente, por ejemplo:

• Leer periódicos, revistas y libros.
• Ver/escuchar noticias; recordarlas y contarlas.
• Hacer pasatiempos, sudokus, crucigramas…
• Juegos de mesa: cartas, dominó, ajedrez, damas… • Clasificar el correo por categorías: facturas, comercial…
• Manualidades y actividades plásticas.
• Memorizar canciones nuevas.
• Recordar fechas importantes; cumpleaños, aniversarios…
• Evocar recuerdos a través del visionado de videos caseros, álbumes de fotos…
• Repasar nuevos procedimientos aprendidos; poner la lavadora, mandar una foto mediante el teléfono móvil…
• Realizar cálculos mentales.

  1. Entrenamiento cognitivo: Hace referencia a la especificación de dicho ejercicio, es decir, se estructuran y sistematizan una serie de actividades que trabajan de forma concreta sobre las capacidades cognitivas y sus componentes.
    Una de las características fundamentales del entrenamiento es que se trabaja de forma terapéutica, y lo hace desde tres vertientes:
    A.- La rehabilitación o recuperación de las funciones cognitivas dañadas, por ejemplo en el caso de accidentes cerebro vasculares.

B.- La habilitación de la misma en aquellos casos en los que no se haya desarrollado, por ejemplo en el caso de discapacidad y/o.

C.- La compensación de la función cuando no es posible una recuperación, por ejemplo en el caso de las demencias.

En el entrenamiento cognitivo se combinan herramientas adaptadas de las técnicas clásicas de rehabilitación y del aprendizaje; estas actúan creando nuevas conexiones neuronales que pueden sustituir a otras funciones dañadas y que mejoran con la práctica; aunque el cerebro se encuentre dañado o lesionado continúa teniendo la capacidad de aprender.

(apunte adaptado perteneciente a Blind)

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